Corrie James, que escribía una columna de sociedad y de consejos sentimentales en un periódico local, tenía bastante éxito resolviendo los problemas de los demás. "Si no hay compromiso, no hay trato", era su norma en las relaciones, Siempre había funcionado con sus lectores, pero su propia vida amorosa era un asunto completamente diferente.

Bryan Holmes, que pertenecía a la élite de la ciudad, no tenía ninguna intención de sentar la cabeza. De todas formas, razonaba Corrie, una cita con él no le haría daño. Nunca se había imaginado que pudiera acabar cautivada por su encanto y por las fantasías románticas de un futuro común. Sin embargo, Bryan no le convenía, sobre todo porque la idea de comprometerse no entraba en sus planes.