Yorke Mackinnon tenía que encontrar como fuera el anillo de esmeraldas de su abuela. Para la anciana, era un asunto de vida o muerte y, en aquel momento, Yorke se sentía capaz de hacer cualquier cosa al desaprensivo que lo hubiese robado...

Por su parte, Sabrina había prometido cuidar el anillo de prometida de su mejor amiga durante su ausencia. iPor mucho que Yorke le dijese que el anillo había sido robado, ella no podía entregárselo sin más!

Así que, tuvieron que llegar a un acuerdo: Sabrina podría conservar el anillo siempre y cuando lo llevara puesto y simulara ser su prometida. Tal vez, así, la abuela dejaría de preocuparse. Pero las cosas se fueron complicando y, antes de que se diera cuenta, Sabrina se había enamorado de Yorke. ¡Y esta vez no se trataba de una simulación!