Ross representaba todo lo que Genevieve despreciaba en un hombre. Era un mujeriego que disponía de sus novias como le placía, y un hombre negocios que aplastaba cualquier oposición.

Pero ahora Genevieve esgrimía un arma con la que obligaría a Ross a escuchar lo que tenía que decirle. Y resultó una experiencia sorprendente, en más de un sentido...