¿Había lugar en su agenda para el amor?

Desde el momento en que Caitlin Briley entró en el despacho llena de ambición, Nathan McCloud la deseó. Pero se había convertido en un padre soltero y había cambiado los clubes de golf por los juegos infantiles. ¿Podría conseguir que ella también prefiriera la responsabilidad familiar a una vida sin ataduras?

Caitlin era una abogada con un objetivo, y en sus planes no estaba enamorarse de su socio ni de su preciosa hija adoptiva. Pero cuando la sonrisa de Nathan le derritió el corazón, se sintió tentada de revisar su agenda… y alcanzar las estrellas.